El Trasgu

23 agosto 2009

El Trasgu tiene apariencia humana, es muy pequeño, feo, oscuro y arrugado. Se dice que cojea un poco y viste gorro y blusa colorada. También tiene su mano izquierda agujereada.

Sus principaesl aficiónes son bajar por la chimenea de noche y cambiar los muebles de sitio o soltar el ganado de la cuadra, molestar y gastar bromas pesadas, tanto en la cuadra como en la casa o el desván, incluyendo caminos, bosques, molinos, etc...

La única forma de librarse de él es proponerle realizar cosas imposibles, puesto que se cree infalible y le gusta apostar. Es entonces cuando hay que pedirle que haga una de estas tres cosas:

  • Traer agua en una cesta de mimbre, de esta forma el agua se saldrá por todas las rendijas del cesto.
  • Volver blanco un pellejo de carnero negro o
  • Traer medio copín de linaza en su mano izquierda, cosa que también es imposible puesto que tiene un agujero en esta mano.
Avergonzado y herido en su orgullo al no poder realizar ninguna de estas tareas, tendrá que abandonar la casa.

Auque se cuena que no todo el mundo sabía como echarlo a tiempo y existe muchas historias en las que el Trasgu se muda de casa junto con sus inquilinos.

El Basilisco

22 agosto 2009

Se dice que a los sete años los gallos ponen un huevo pequeño, que no tiene yema, incubado por un sapo entre el estiercol y del cual nace una culebra muy venenosa que llaman Basilisco.

También se cuenta que su origen está en el huevo que ponen los milanos cada cien años. De allí saldrá una pájara mitad negra y mitad blanca, más grande que las gallinas, que vivirá cincuenta años y, al morirse, saldrá de sus carnes un gusano verdoso que se ira convirtiendo en gallo negro.

Se cuenta que tiene cresta a modo de corona, su cuerpo es negro con manchas blancas, de medio metro de longitud, sus ojos son rojos y puede matar con la mirada.

El Cuélebre o Culebre

21 agosto 2009

Su aspecto es el de una serpiente de gran tamaño con alas membranosas como las de un murciélago. Se trata de un culebro, una culebra macho que crece hasta alcanzar grandes proporciones.

En multitud de historias este tipo de culebras va creciendo hasta llegar a ser muy viejo; entonces le salen alas y se marcha volando al mar, a custodiar los muchos tesoros que se ocultan en sus profundiades.

La creencia de que los Cuélebres no muere de viejos se debe al hecho de que con cada muda de piel, a los ojos de la gente, parece renacer. Su único punto débil resulta ser su garganta, puesto que el resto del cuerpo está cuajado de escamas placas córneas tan duras que, según se cuenta, las balas apenas pueden hacerle mella.

Con la llegada del Cristianismo, el Cuélebre, genio del lugar, protector y guardián de tesoros vnculado a cuevas y fuentes, terminó asumiendo el papel de dradón, encarnación el mal.

Se decía que antiguamente las culebras volaban y hablaban. Una de ellas pasó rozando a la Virgen y al Niño y con una de sus alas le tiró la corona. La Virgen le retiro la capacidad de volar y la condenó a arrastrase. Las culebras que sobrevivieron a esta maldición son los Cuélebres.