El Cuélebre o Culebre

21 agosto 2009

Su aspecto es el de una serpiente de gran tamaño con alas membranosas como las de un murciélago. Se trata de un culebro, una culebra macho que crece hasta alcanzar grandes proporciones.

En multitud de historias este tipo de culebras va creciendo hasta llegar a ser muy viejo; entonces le salen alas y se marcha volando al mar, a custodiar los muchos tesoros que se ocultan en sus profundiades.

La creencia de que los Cuélebres no muere de viejos se debe al hecho de que con cada muda de piel, a los ojos de la gente, parece renacer. Su único punto débil resulta ser su garganta, puesto que el resto del cuerpo está cuajado de escamas placas córneas tan duras que, según se cuenta, las balas apenas pueden hacerle mella.

Con la llegada del Cristianismo, el Cuélebre, genio del lugar, protector y guardián de tesoros vnculado a cuevas y fuentes, terminó asumiendo el papel de dradón, encarnación el mal.

Se decía que antiguamente las culebras volaban y hablaban. Una de ellas pasó rozando a la Virgen y al Niño y con una de sus alas le tiró la corona. La Virgen le retiro la capacidad de volar y la condenó a arrastrase. Las culebras que sobrevivieron a esta maldición son los Cuélebres.

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