La cruz de la Plaza del Pósito

04 septiembre 2007

Saludos lectores.

Después de unas merecidas, aunque cortas, vacaciones, vuelvo para seguir publicando leyendas. En esta ocasión trataré sobre la leyenda que envuelve la historia de la Cruz que existe en la Plaza del Pósito.

Al parecer había en Jaén una pareja de jóvenes que estaban comprometidos. Cada día más enamorados, veían aproximarse las fechas de su enlace matrimonial. Por aquel tiempo volvían de las batallas los caballeros que habían estado luchando con los moros. Uno de aquellos guerreros, bien parecido y de fácil palabra, se quedó prendado de la joven y sin el menor respeto hacia el compromiso de casamiento que aquélla tenía, embaucó a la muchacha, abandonando ésta a su prometido.

Aquel caballero, enterado de la gran dote que poseía la joven, pues era hija de un poderoso y acaudalado señor, se casó con la muchacha. Transcurrido muy poco tiempo se pudo comprobar que no era un caballero en el amplio sentido de la palabra, sino todo lo contrario, porque resultó mujeriego y vicioso jugador, hasta tal punto que una noche perdió toda su fortuna e hipotecó la de su mujer. No se conformó con tan gran indignidad, sino que, conocedor de la fortuna que tenía en joyas su esposa, fue a pedírselas. Esta se negó por ser recuerdo de sus padres, por lo que el muy villano, la mató, robándole después y volviendo con las joyas a la casa de juego.

Al día siguiente el luctuoso suceso era conocido de todo Jaén. Entonces fue cuando el novio despechado retó al asesino, mujeriego y jugador, a una lucha, dándole muerte en la plaza.

Cuentan que se arrepintió por haber matado a aquel hombre, tomó los hábitos y que, desde entonces, en aquellas noches oscuras, frías y ventiscas de Jaén, por la Plaza del Pósito se ve vagar un negro fantasma que, al pie de la Cruz, reza arrepentido por haberle dado muerte a otro ser humano, aunque aquél fuera un sinvergüenza.

Un saludo.

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